Desarrollo de Justas Causas para la guerra de Ginés de Sepúlveda.
Argumento primero: La barbarie.
Sepúlveda en "Democrates alter, sive de justis belli causis apud Indos"; es decir, "Demócrates segundo o De las justas causas de la guerra contra los indios" explicaba que éstos pertenecían al grupo de los bárbaros. Los bárbaros, los incultos e inhumanos eran "por naturaleza siervos", debían admitir la dominación de los que son más prudentes, poderosos y perfectos que ellos, es decir, los españoles.
Este pensamiento lo tomó de Aristóteles. Él pensaba que es evidente que unos hombres son "naturalmente libres y los otros naturalmente esclavos", "para estos últimos es la esclavitud tan útil como justa". Los genuinos esclavos son los bárbaros ya que entre éstos la hembra, el esclavo tienen el mismo puesto, y la razón de esto es que no tienen el elemento de mandar por naturaleza. Por eso es justo que los griegos manden sobre los bárbaros.
Esto también lo vemos desde Platón en su texto la República: "Lo primero, en lo que toca a hacer esclavos, ¿parece justo que las ciudades de Grecia hagan esclavos a los griegos o más bien debenimponerse en lo posible aun a las otras ciudades para que respeten la raza griega evitando así su propia esclavitud bajo los bárbaros?". Es decir, los esclavos no deben ser griegos porque son superiores (lo que plantea adicionalmente Aristóteles), es por esto que los esclavos deben ser los bárbaros.
Santo Tomás señala en su Politicorum lectione prima que los bárbaros son aquellos hombres que no viven conforme a la razón natural y tienen costumbres malas públicamente aprobadas entre ellos, son hombres de poca capacidad y depravadas costumbres.
"Los que exceden a los demás en prudencia e ingenio, aunque no en fuerzas corporales, estos son, por naturaleza, los señores; por el contrario, los tardíos y perezosos de entendimiento, aunque tengan fuerzas corporales para cumplir todas las obligaciones necesarias, son por naturaleza siervos, y es justo y ágil que lo sean, y aun lo vemos sancionado en la misma ley divina. Porque escrito está en el libro de los Proverbios: "El que es necio servirá al sabio". Tales son las gentes bárbaras e inhumanas, ajenas a la vida civil y a las costumbres pacíficas. Y será siempre justo y conforme al derecho natural que tales gentes se sometan al imperio de príncipes y naciones más cultas y humanas"... (fragmento)
Aquí señala que los señores en general y por naturaleza (designio de Dios) no son fuertes físicamente ni corpulentos, pero eso no es lo importante, pues ellos son superiores en entendimiento. Y que la naturaleza misma los ha hecho siervos, para el trabajo físico, forzoso, inferior, por ser necio, bárbaro.
Dios ha creado al hombre, y se manifiesta a través de las leyes naturales que en un sistema civilizado y conocido por el hombre es el derecho natural. Éste ordena que existen hombres naturalmente superiores a otros hombres, estos hombres inferiores son los faltos de cultura, de civilización, en definitva los bárbaros. y si es que lo rechazan será la guerra justa, pues así lo exige el derecho natural, para aquellos hombres que han nacido para servir y se rehusan.
San Agustin en su carta a Vincencio señala: "¿Piensas tú que nadie puede ser compelido a la justicia? ¿No has leído que el padre de familias dijo a sus siervos: obligad a entrar a todos los que encontréis?. Hágase lo que debe hacerse aunque a él le duela, porque este dolor es lo único que puede sanarle".
Lo que implican las palabras de San Agustín es el mismo pensamiento de Sepúlveda, el padre de familia vendría a ser el español frente a los indios, que como protector y superior es su deber obligar a sumirse frente a la superioridad.
Agrega que "Si hombres injustos y malvados han dado muestras deavaricia, de crueldad y de cualquier género de vicios, de lo cual hay muchos ejemplos según he oído, nada de esto hace peor la causa del príncipe y de los hombres de bien, a no ser que por negligencia o permiso de ellos se hayan perpetrado tales maldades, porque entonces los príncipes que las consienten incurren en la misma culpa que susministros, y con la misma pena serán castigados enel juicio de Dios. Piadosa y sabia esaquella sentencia de Inocencio III: "El error que no es resistido es aprobado, porque el que se dedica a descuidar el castigo de los perversos cuando está en nuestra mano, no es otra cosa que fomentarlos, y no puede dejar de sospecharse complicidad oculta en el que deja de oponerse a un delito manifiesto". Si esa guerra, pues, se hace como tú has dicho ¡oh Leopoldo! Diré siempre que es guerra impía y criminal, y que los que en ella toman parte deben ser castigados poco menos que como ladrones y plagiarios, porque de poco o nada sirve obrar cosas justas cuando se obran injustamente. El mismo Dios lo ha dicho en el Deuteronomio: "Lo que es justo cúmplelo justamente.» Pero tampoco es cierto que todos hayan hecho la guerra de ese modo, si son verdaderas ciertas relaciones de la conquista de Nueva España que hace poco he leído; ni nosotros disputamos aquí de la moderación ni de la crueldad de los soldados y de los capitanes, sino de la naturaleza de esta guerra referida al justo príncipe de las Españas y a sus justos ministros; y de tal guerra digo que puede hacerse recta, justa y piadosamente y con alguna utilidad de la gente vencedora y mucho mayor todavía de los bárbaros vencidos. Porque tal es su naturaleza, que con poco trabajo y con muerte de pocos"...
Es decir, de ser liderados por hombres virtuosos la guerra sería justa y bajo los designios de dios apropiada. y comprueba esto agregando que en las batallas los hombres de hispania y tratan de salvar al mayor número posible. que las dotes de prudencia, ingenio, templanza y religión se ven reflejadas día a día. Ahora bien, con respecto a los indios:
"¿Qué templanza ni qué mansedumbre vas a esperar de hombres que estaban entregados a todo género de intemperancia y de nefandas liviandades, y comían carne humana? Y no vayas a creer que antes de la llegada de los cristianos vivían en aquel pacífico reino de Saturno que fingieron los poetas, sino que por el contrario se hacían continua y ferozmente la guerra unos a otros con tanta rabia, que juzgaban de ningún precio la victoria si no saciaban su hambre monstruosa con las carnes de sus enemigos".
En resumen, una guerra justa es contra los bárbaros que se imponen ante los naturalmente superiores que son los españoles. Y deben ser sometidos al mandato de hispania, pero sin cometer contra ellos actos de injusticia alguna, que el dominio sea noble, cortés y útil para ellos. Para poder ayudarlos a salir de la barbarie. Así, primeramente deben arrancarles de sus costumbres paganas y después, con afabilidad, impulsarlos a que adopten el Derecho natural, y con esta magnífica preparación para aceptar la doctrina de Cristo, atraerlos con mansedumbre apostólica y palabras de caridad a la Religión Cristiana.
Conclusión.
Zea Leopoldo,(1976). El pensamiento latinoamericano. Ariel. México
El gran Leopoldo Zea señala: "El problema es que el hombre, el hombre concreto, este o aquel hombre, al tomar conciencia de su relación con los otros hombres, con sus semejantes, hace de esta su toma de conciencia la única y exclusiva posibilidad de existencia".