La meditación en atención tiene, de una manera simplificada, el objetivo de centrar la atención en un objeto elegido de una manera sostenida \cite{Lutz_2008}. Es como una autorregulación intencional de la atención, un focus mental directamente relacionado a las experiencias internas y externas \cite{Aftanas_2005}. Para mantener este enfoque, el practicante tiene que monitorear constantemente la concentración en el objeto para evitar la divagación mental (“mind wandering”) \cite{Lippelt_2014}, y esto implica principalmente un esfuerzo y autocontrol \cite{Farb_2007}, sugiriendo que los mecanismos cerebrales subyacentes de la meditación en atención plena pueden implicar regiones cerebrales y redes similares a estos procesos mentales \cite{Tang_2016}.
Una vez que los practicantes se familiarizan con la técnica de atención y pueden sostener su enfoque atencional en un objeto durante un período considerable de tiempo, progresan al monitoreo. Una vez en esto, el foco de la meditación se cambia a monitorear la conciencia \cite{Lutz_2008} ; \cite{Vago_2012}. El objetivo es permanecer en este estado, manteniendo atención a cualquier experiencia que pueda surgir, sin seleccionar, juzgar o enfocarse en ningún objeto en particular \cite{Lippelt_2014}. El punto principal en este estado es no reaccionar al contenido de las experiencias y utilizar esto como un medio para reconocer la naturaleza de los patrones emocionales y cognitivos \cite{Lutz_2008} . En ambos tipos de meditación, el objetivo es principal es entrenar la mente en concentración, atención, calma, aceptación y atención.