Resumen
Introducción
Las sociedades reciben de los ecosistemas tanto bienes como servicios ecosistémicos (SE) fundamentales para mantener la vida. Estos son generados por complejas interacciones de ciclos naturales que operan a través de un amplio rango de escalas temporales y espaciales. Entendemos por SE, a los procesos que tienen lugar en los ecosistemas o ensambles de ecosistemas (paisajes) y que generan beneficios a la sociedad.
\cite{643-6532009}
Actualmente, en la Región de Cuyo - principal región vitícola del país- conviven diversos modelos agrícolas, que impactan sobre la biodiversidad nativa y afectan diferencialmente la provisión dichos servicios ecosistémicos.
Desde un abordaje multidisciplinario, se identificaron modelos de manejo de suelo en viñedos según su provisión de servicios ecosistémicos relacionados con la biodiversidad. Se caracterizaron 5 modelos de manejo del suelo del viñedo -utilizados en la Provincia de Mendoza- a partir de la definición de 31 variables críticas. Los modelos son: mecánico tradicional; labranza cero; cobertura anual; cobertura perenne y cobertura natural. Para cuantificar las variables críticas se propuso una escala cualitativa entre 0 (neutro) y 4 (muy alta contribución). También se construyeron modelos de dinámica causal para hipotetizar las relaciones entre funciones ecosistémicas y el cultivo, y para representar gráficamente los resultados.
La percepción del grupo multidisciplinario y la de los encuestados destacaron positivamente al modelo de manejo con cobertura vegetal espontánea de especies nativas, tanto por su contribución a la biodiversidad existente como por el menor impacto en costos de producción. El modelo con cobertura permanente implantada apareció con un desempeño semejante, pero con costos mucho más altos. El modelo de menor aporte, resultó ser el tradicional, con mecanización. El valor obtenido sumando las contribuciones de cada modelo podría interpretarse como un estimador de la resiliencia del sistema productivo. Así, el modelo de manejo con cobertura espontánea sería el más resiliente, mientras que el de manejo tradicional sería el más susceptible. Resulta destacable la visión de los encuestados en destacar en primer lugar al modelo de cobertura vegetal espontánea y que mantiene mayor biodiversidad y evaluar aún más negativamente al modelo tradicional.
A modo de verificación, se relevó la percepción de referentes locales respecto a las mismas variables. Este trabajo provee criterios valiosos para la promoción de sistemas vitícolas más sustentables, basados en el aprovechamiento de la biodiversidad natural.
Área de estudio
La provincia de Mendoza, se encuentra localizada al Centro-Oeste de la República Argentina. Dadas las condiciones climáticas de la Provincia con precipitaciones medias de 250 mm/año el territorio se ha organizado en ¿cuatro?oasis de riego: oasis norte; este; centro y sur por medio de la conducción del agua.
Los oasis de riego corresponden al 3% de la superficie provincial (alrededor de 3.600 km2) y alojan el 98,5% de la población (DEIE) y en ellos se desarrollan las principales cadenas productivas, de las que depende en gran medida la economía de la Provincia. El otro 97% del territorio mendocino está ocupado por áreas no irrigadas, lo que comúnmente se identifica como desierto mendocino y aloja el 1,5% de la población con una densidad media de 0,16 habitantes/km2 (Torres, 2003: p.3). Las principales actividades de las áreas no irrigadas son la ganadería bovina y caprina; la explotación hidrocarburífera (que según la Secretaría de Política Económica y Planificación del Desarrollo representa el 14,6% de la producción de petróleo Nacional) y en tiempos pasados la extracción de leña para los habitantes de los oasis en crecimiento y de postes para los viñedos en expansión.
La actividad económica que posee mayor participación relativa en el PBG es el sector de servicios como: comercio, restaurants y hotelería, aportando un 23,6% en el año 2015 (DEIE). Si bien la actividad agropecuaria aportó un 7,1% al PBG provincial durante el mismo año (DEIE), la misma es de gran importancia para la provincia, tanto en los aspectos socioculturales e históricos, así como motor de la industria manufacturera. Además, la afluencia turística está relacionada con la cultura tradicional vitivinícola de la provincia, la gran cantidad de bodegas de renombre a nivel internacional, los caminos del vino y demás atractivos vinculados a la actividad.
Es de relevancia mencionar que el 70% de la superficie argentina implantada con vid se encuentra en Mendoza
[1] siendo éste el principal cultivo de la provincia representando el 50% de la superficie total cultivada (DACC, 2018).
Existen diferentes modelos de producción vitícola que involucran manejos técnicos y culturales del suelo y la canopia diferentes , pero sobre los que se pueden destacar aspectos comunes como: labranza del suelo, la fertilización del cultivo, el control de plagas y enfermedades, el manejo de canopia (poda, desbrote, deshoje)
y la cosecha.
Existen preocupaciones sobre la sustentabilidad de los sistemas agrícolas de tipo convencionales, las cuales se centran en la necesidad de desarrollar tecnologías y prácticas que no tengan efectos adversos en los bienes y servicios ambientales, sean accesibles y eficaces para los agricultores, y conduzcan a mejoras en la productividad de los alimentos (Pretty, 2008).
La adopción de prácticas agroecológicas y la producción orgánica son de interés en la viticultura de la Provincia de Mendoza, Argentina.
Según el trabajo de Van den Bosch, M. et. al (2015) para el año 2013 en Mendoza 3 mil ha correspondían a viñedos orgánicos certificados. Esto representa cerca del 2% de la superficie total cultivada con vid en la provincia (160 mil ha). Por lo que es posible suponer que además de estos modelos orgánicos, existen otras prácticas de manejo del viñedo que tienen en cuenta la conservación de los servicios ecosistémicos y un menor uso de insumos externos. Este trabajo busca conocer cuales son las prácticas... [OBJETIVOS]